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El 2020 cambió nuestra forma de entender el mundo y con ello, cambió el marketing, la publicidad, las relaciones públicas, las tendencias, los productos, los stocks… y al consumidor.
Como adelanto, este consumidor prefiere la venta online y a la vez el producto de proximidad. El eCommerce y el pago digital son los principales exponentes de este gran cambio. En este artículo te doy algunas pistas para entender el mercado post-covid.
Un consumidor sin cash
La pandemia solo ha potenciado un cambio que ya estaba muy presente en nuestras vidas: la falta de efectivo. Hoy (y siendo esto una tendencia al alza) pagamos con tarjeta, bizum, paypal, wireless, contactless, e-wallet o directamente tenemos la compra pagada en el momento de recogerla porque lo hemos hecho a través de un eCommerce.
De los Millennials a la Generación Z
Los Millennials se hacen mayores y se está produciendo en el mercado un relevo generacional: llega la Generación Z o Centennials.
Los consumidores de la Generación Z son aquellos nacidos entre 1995 o 2001 (según fuentes) y 2010. Vieron la luz en la era digital, son nativos digitales, por lo que están acostumbrados a vivir conectados sin plantearse dilemas sobre la intimidad.
¿Cuáles son sus hábitos como consumidor? Para empezar, debes tener en cuenta que la primera crisis que han conocido como adultos es la generada por el COVID-19. Una circunstancia que les ha obligado a adaptarse e incrementa la precariedad laboral que a niveles generales ya arrastraban, a pesar de ser una de las generaciones (junto con los Millennials) mejor formada.
Es la generación receptora del marketing experiencial y los canales digitales de comunicación y entretenimiento son sus favoritos. El móvil, de hecho, es su principal puerta al mundo. Como pauta de conducta, la multitarea es su principal piedra angular.
Auge del marketing de emociones
Si estás pensando en crear un nuevo negocio o adaptar una empresa en marcha, estudia concienzudamente la experiencia de usuario. ¿Por qué lo digo? Este nuevo consumidor vive en una época en la que las emociones están a flor de pie, por lo que lo más inteligente en marketing será adaptar el mensaje corporativo y hacerlo llegar a través de alguna emoción positiva.
Pero, ¡cuidado! esto puede ser un arma de doble filo. Un mensaje mal comunicado o interpretado puede dar lugar a una crisis de reputación. Es algo que vemos todos los días en redes sociales.
El mapa de experiencia de compra como herramienta
La pandemia está dejando claro todas las consecuencias: una crisis económica y sanitaria jamás vista, cierres de negocios, retraso en los procesos de educación, caos político, … y un nuevo perfil de consumidor.
El Covid-19 saca a la luz a un tipo de consumidor que ya de por sí era muy exigente y que todavía lo será más. También medirá al milímetro su experiencia con una marca o empresa.
Como cliente tendrá más inclinación hacia aquellas marcas que les hayan procurado un buen servicio durante el confinamiento, valorará más los precios bajos y los descuentos. Además, será más afín hacia las empresas bien provistas (con continua disponibilidad de stock) y cuyos productos sean de calidad. Por último, valorará mucho la RSC (responsabilidad social corporativa) de las marcas, así como que sean respetuosas hacia el medio ambiente y la sociedad.
Tendencias en la era post-covid
Está claro que la situación actual ha cambiado la forma de ver el mundo, de relacionarnos y las costumbres de consumo. La digitalización (meditada o acelerada) ha llegado para quedarse y nos guste o no, las compras a través de eCommerce y plataformas online van a seguir al alza.
Aun así, existen aspectos positivos que diversifica el mercado. Por ejemplo, como consecuencia de las restricciones de movilidad han aumentado las compras en tiendas de barrio y en productos de KM.0 (o proximidad), así lo confirma el Observatorio Cetelem Consumo España. Este nuevo consumidor está comprobando que las tiendas locales ofrecen una cercanía, un trato personalizado y una confianza que las grandes superficies no tienen.
Pero te equivoques, continuamos comprado a las grandes cadenas (a pesar de que las ventas hayan sufrido un pequeño descenso). Los compradores, valoran de ellas los precios más bajos, la variedad de productos y la posibilidad de hacer toda la compra en un mismo sitio.